En el complejo entramado organizacional actual, la igualdad de género emerge como un tema crucial, donde la participación activa y el liderazgo de las mujeres son aspectos clave para el progreso y la prosperidad. La brecha de género en las organizaciones no solo es una cuestión de equidad, sino que también tiene un impacto directo en los resultados y la sostenibilidad a largo plazo.
Los cambios de paradigmas pueden resultar desafiantes y generar incomodidad en algunos sectores, pero es esencial reconocer que el enfoque hacia la igualdad de género ya es un imperativo global. Países desarrollados y empresas líderes han establecido la igualdad de género como un objetivo prioritario, conscientes de que las organizaciones que no evolucionen hacia este enfoque se verán afectadas en su valor de marca.
Las mujeres representan una parte significativa de la fuerza laboral y su participación activa impulsa la creación de empleo, aumenta los ingresos familiares y enriquece la diversidad de talentos en las organizaciones.
Promover la igualdad de género en las empresas pasa a ser un tema estratégico. Fomentar un ambiente inclusivo y equitativo no solo fortalece la cultura empresarial, sino que también aumenta la productividad, la innovación y genera un efecto multiplicador del crecimiento económico y desarrollo sostenible.
Tener conversaciones sobre este tema con tu equipo es clave para avanzar y crear un entorno donde todos puedan prosperar y alcanzar su máximo potencial.
En el dinámico mundo organizacional, la manera en que manejamos nuestras ideas y perspectivas puede marcar la diferencia entre la polarización y la colaboración efectiva. La gestión de sesgos, conocidos como BIAS, se vuelve esencial para construir un entorno donde las conversaciones constructivas prosperen.
Cuando asumimos que cada miembro del equipo tiene un trasfondo único, una serie de experiencias y habilidades distintas, reconocemos la complejidad que existe en nuestras interacciones diarias. Aquí es donde entra en juego la importancia de gestionar los sesgos.
Es fácil caer en la trampa de asumir que alguien piensa o actúa de cierta manera basándonos en nuestras propias experiencias y perspectivas. Sin embargo, el verdadero liderazgo y la gestión organizacional efectiva requieren que desafiemos estos sesgos.
¿Cómo podemos lograrlo? Es crucial fomentar conversaciones abiertas y respetuosas, buscando el diálogo y el entendimiento en lugar de imponer nuestras propias ideas. Al adoptar un enfoque basado en el “nosotros”, reconocemos la diversidad de opiniones y experiencias dentro de la organización.
La clave está en ver más allá de nuestras suposiciones y abrirnos a la posibilidad de que cada persona tiene un aporte valioso que ofrecer. Desde la contratación hasta la toma de decisiones estratégicas, el diálogo continuo y la búsqueda de encuentros fortalecen la colaboración.
En lugar de dividirnos en “ellos” y “nosotros”, optemos por construir un puente hacia el entendimiento mutuo. Las conversaciones posibles son el cimiento de una cultura organizacional sólida, donde la diversidad de pensamiento es celebrada y utilizada como una fuerza impulsora para la innovación.
Al desafiar nuestros sesgos y cultivar un entorno donde las conversaciones auténticas prosperen, estamos creando no solo equipos más fuertes, sino también organizaciones más resilientes y preparadas para enfrentar los desafíos del futuro.
Probablemente, dada la cantidad de desafíos que vivimos hoy en las organizaciones, muchos de nuestros comportamientos, acciones, planes, etc están en piloto automático. La velocidad a la que andamos nos atrapa y nos impide “pensar”.
Mientras más veloz es la carrera, mientras más perdido estamos, más necesario se hace parar ya que para que un equipo de fórmula 1 gane necesitan entender “Qué los hará ganar y mantenerse en el juego”
Existen muchos modelos y mapas para entender qué facilita que un equipo despliegue su máximo potencial. Muchos autores han diseñado modelos que permiten orientar esto Marcial Losada, Fred Kofman, Patrick Lencioni son algunos de los que han intentado resolver esta inquietud.
Queremos compartir un mapa para identificar los territorios fundamentales en los que un equipo necesita poner foco y luego mirar como lo traducen en una herramienta concreta que les permita “entrar a pits” tener conversaciones con sus equipos y tomar acciones que les permitan mejorar el desempeño en la carrera.
Propósito: los equipos de alto desempeño tienen un propósito más allá de sus objetivos. El propósito es una declaración que responde a Para qué existimos, da sentido a cada una de las acciones y decisiones que toman e instala incluso el estado de ánimo de la Organización. Fred Koffman habla de un propósito “noble” que invite a ir más allá y comprometa emocionalmente a las personas. La Estrategia es una manera de “servir y contribuir a ese propósito”.
Relaciones y Contexto de Confianza: El desempeño de un equipo se relaciona directamente con la calidad de los vínculos que tiene. Un Equipo que se conoce, respeta y cuida mutuamente, aumenta sus niveles de confianza y la confianza es un multiplicador del desempeño. Un equipo donde existe desconfianza tiene energía puesta en cuidarse, en tomar resguardos y esta es energía que se va a la basura. Lencioni plantea que a la base de los resultados colectivos está la capacidad de un equipo de mostrar Vulnerabilidad.
Ejecución y Resultados: son equipos que colaboran, entran en conflictos constructivos para llegar a compromisos genuinos y dado esto… se rinden cuentas mutuamente. En estos equipos existen conciencia de la importancia de ayudarse mutuamente a cumplir.
Aprendizajes: su manera de trabajar genera “capacidad instalada” tienen conversaciones que les permite revisar sus resultados y entender porque les va bien o mal, capitalizan los errores, mantenerse curiosos y tomar nuevas acciones.
Nuestra capacidad para abrazar la adaptabilidad no solo nos permite superar desafíos, sino también elevar el potencial personal y de nuestro equipo. A medida que la fortalecemos, también estamos nutriendo nuestro talento y capacidades, preparándonos para liderar en un mundo en constante transformación.
El desarrollo de estas prácticas exige desafiar paradigmas, creencias y maneras de hacer, y por lo tanto puede resultar incómodo.La capacidad de adaptación a los contextos cambiantes es una de las habilidades que más nos facilita gestionar el mundo actual. Para trabajarla pon en práctica 4 conductas clave:
TOMAR CONCIENCIA, implica romper la burbuja y darnos cuenta de dónde estamos. Aparece la tensión, la curiosidad y la ambición de encontrar nuevas respuestas.
GESTIONARNOS A NOSOTROS MISMOS: mirar lo que somos, nuestras limitaciones, nuestras posibilidades y las barreras que necesitamos saltar para lograr lo que queremos.
Elegir y decidirnos a emprender la ruta de APRENDER.
Construir y gestionar una RED COLABORATIVA que extienda las posibilidades más allá de nosotros mismos.
Te invitamos a conversar de estos temas con tu equipo, diseñar acciones que les permitan avanzar en estas 4 conductas y ponerlas en práctica juntos.
Hace algún tiempo hicimos una encuesta para determinar que estaban necesitando los equipos para mejorar su desempeño. “Aumentar la colaboración” obtuvo un 39% de las respuestas.
Y no es realmente una sorpresa. Si observamos distintas declaraciones de valores o mapas de competencias, la colaboración aparece en la gran mayoría de ellos.
Entonces, ¿qué queremos decir cuando hablamos de colaboración? En pocas palabras, se trata de “trabajar juntos”, de participar activamente en el quehacer de otros para lograr resultados. Muchas veces simplemente nos limitamos a ofrecer ayuda si alguien la necesita y esperamos a que nos pidan algo. Delegamos la responsabilidad de la colaboración en la iniciativa del otro para pedir ayuda cuando la necesite o en nuestra propia iniciativa para convocar a alguien cuando lo requerimos.
Pero la colaboración es mucho más que simplemente “estar disponibles”. Es un compromiso diario de involucrarnos en las tareas de los demás para poder colaborar y permitir que otros se involucren en las nuestras para que colaboren con nosotros.
¿Y cómo podemos fomentarla? Aquí les proponemos tres ideas que pueden implementar en sus equipos:
1.Hablen sobre el propósito y la visión común del equipo, y cómo se traducen en objetivos que los involucran a todos. Esto ayudará a generar un sentido de pertenencia y compromiso compartido.
2.Fomenten el diálogo abierto y respetuoso para generar la confianza necesaria que permita a las personas sentirse seguras al plantear sus ideas. La confianza es un pilar fundamental para una colaboración efectiva.
3.Asegúrense que todos los miembros del equipo participen activamente, no solo en sus tareas individuales, sino también en instancias que les permitan intercambiar conocimientos y fomentar la inteligencia colectiva.
Recuerda que la colaboración no solo se trata de estar disponibles, sino de comprometerse activamente con los demás y permitir que ellos se involucren en nuestras propias tareas. Si logramos fomentar una cultura de colaboración en nuestros equipos, estaremos en el camino correcto hacia el éxito conjunto.
Liderar un juego que es infinito, es cambiar un paradigma esencial, es dejar de prepararnos para ganar el “partido de fútbol” para decidir ponernos en forma y así estar listos para abordar el desafío que aparezca. Es un escenario de constancia, regularidad y consistencia en el que solo sabemos si nos estamos o no acercando a lo que declaramos como visión, pero nunca tenemos la certeza de haber llegado, el juego cambia, se mueve en la medida que lo jugamos.
Simon Sinek plantea 5 prácticas esenciales para jugar con una mentalidad infinita…
1. Promover una causa justa: “una causa justa es una visión concreta de un estado futuro que aún no existe. Es un estado tan atractivo que la gente está dispuesta a hacer sacrificios para ayudar a que se avance hacia esa visión”
Se trata del futuro, define dónde vamos, describe el mundo en el que esperamos vivir y que nos comprometeremos ayudar a construir
Algunas características de una causa justa… Está a favor de algo… es afirmativa, optimista Es inclusiva…abierta a todos los que quieran aportar Está orientada al servicio… para el beneficio de otros… Es resiliente… resiste cambios Es idealista… grande, valiente e incluso inalcanzable
Casi todas las empresas logran entender la importancia de construir un propósito, una visión una “causa justa”, el desafío es que no sea solo una declaración, sino una manera de lograr resultados a través de valores y generando valor más allá de
2.Construir un equipo de confianza: cuando trabajamos en un equipo de confianza, nos sentimos a salvo cuando queremos expresar vulnerabilidad, para levantar la mano y admitir que hemos cometido un error, para ser sinceros sobre el rendimiento insuficiente, para responsabilizarnos de nuestro comportamiento y pedir ayuda. Brené Brown dice “la confianza es el almacenaje de pequeños momentos de vulnerabilidad recíproca en el tiempo”. La confianza y la vulnerabilidad crecen juntas, traicionar a una, es destruir a las 2.
Cuando no estamos en un equipo de confianza, nos sentimos obligados a mentir, ocultamos errores, actuamos como si supiéramos lo que estamos haciendo y nunca admitimos que necesitamos ayuda… está “fuga de energía” termina siendo la que “rompe” a las personas, los resultados y las organizaciones
3.Estudiar a los dignos rivales: si somos un jugador de un juego infinito, tenemos que dejar de pensar que los demás jugadores son contrincantes a los que hay que ganar. Debemos considerar que son Dignos Rivales que nos pueden ayudar a convertirnos en mejores jugadores, el quid de la cuestión es que hace una cosa (o varias) tan bien como nosotros o mejor
Los elegimos como Dignos Rivales porque tienen algo que nos hace descubrir nuestros puntos débiles y nos empuja a mejorar en forma continua, lo que es algo esencial si queremos ser lo suficientemente fuertes para permanecer en el juego.
Por lo tanto, en lugar de invertir tu energía en y concentrarte en “ganarle”, enfócate en mejorar, superar tus puntos débiles y y reforzar tus puntos fuertes.
4.Prepararse para la flexibilidad existencial: la flexibilidad existencial es la capacidad de aplicar una disrupción extrema a un modelo de negocio o curso estratégico para promover una Causa Justa de manera más efectiva. En la mentalidad de un jugador, la valoración de lo impredecible le permite hacer cambios extremos.
Cuando un líder de mentalidad infinita con un sentido claro de Causa Justa mira al futuro y ve que el camino en el que está restringirá significativamente su capacidad para hacer avanzar su Causa Justa, es flexible.
La flexibilidad existencial es siempre “ofensiva” no es reactiva. No aparece al fundar una empresa, sino cuando la empresa está totalmente formada y en funcionamiento. Para los jugadores de mentalidad infinita, quedarse en el camino corriente es el mayor riesgo.
La FlexibilidadExistencial se puede traducir como la capacidad de promover una ruptura mayor en un modelo de negocio o un camino estratégico para hacer que la Causa Justa avance de manera más efectiva. Es la necesidad de que las organizaciones acepten los cambios y evoluciones que suceden para generar oportunidades de desarrollo.
5.Demostrar valentía para liderar: adoptar una mentalidad infinita en un mundo consumido por lo finito puede costar a un líder su puesto de trabajo…para la mayoría de las personas, casi cualquier tipo de oportunidad profesional está relacionada con lo bien que nos desenvolvemos en el juego infinito. Nuestros egos y la presión que muchos experimentamos nos hacen enfocarnos en el juego de ganar ahora y hacer lo que conocemos para lograrlo.
La Valentía para Liderar es la voluntad de asumir riesgos por el bien de un futuro desconocido. Es mucho más fácil jugar con el mes, el trimestre o el año, que tomar decisiones con vistas a un futuro lejano. Estas decisiones puede que nos salgan caras a corto plazo en término del dinero o de pérdida de nuestro puesto de trabajo. Hace falta Valentía para Liderar para operar con un estándar ético que es superior al que marca la ley. Y cuando nos presionan para hacer cosas que violan ese código ético, hace falta Valentía para Liderar y abrir conversaciones que visibilicen los riesgos de las decisiones que se están tomando, hace falta Valentía para Liderar para involucrarse, para mostrar vulnerabilidad y dar y pedir ayuda.
Hace falta Valentía para Liderar para tomar decisiones contrarias a los estándares actuales del negocio y hace falta Valentía para Liderar e ignorar la presión de los grupos externos que no están comprometidos con nuestra Causa Justa
La valentía para cambiar nuestra mirada puede venir de una experiencia transformadora que nos sacuda los cimientos y desafíe nuestra forma de ver el mundo o podemos encontrar una Causa Justa que nos inspire, rodearnos de personas con las que compartamos una causa común, gente en la que confiamos y que confían en nosotros: identificar un Digno Rival que nos empuje a mejorar de manera constante y que nos recuerde que estamos más comprometidos con la Causa que con cualquier camino o estrategia que estemos siguiendo por casualidad en este momento.
“Lo que es importante rara vez es urgente. Lo que es urgente, rara vez es importante”. – D. Eisenhower
Es sencillo perder la concentración en medio de la vorágine de notificaciones, correos electrónicos, redes sociales y noticias que recibimos diariamente. Poder concentrarse en lo que realmente importa o saber darle prioridad al trabajo correcto es uno de los grandes desafíos para conseguir la eficiencia en las tareas que realizamos diariamente.
Para recuperar el control de nuestro tiempo, el primer paso es identificar lo que es urgente y lo que es importante de nuestras tareas.
Lo urgente se asocia al tiempo, ya que cuanto menos tiempo tengamos para realizar una tarea, más urgente será. Mientras que lo importante se asocia al impacto. Frecuentemente esta última categoría es la que dejamos para después a pesar de que sean críticas para una organización.
Pero ¿Cómo podemos elegir entre lo urgente y lo importante?
Por suerte existen una serie de mecanismos que nos apoyan a la hora de gestionar nuestra productividad. La matriz de Eisenhower es una herramienta de gestión de tareas que se utiliza comúnmente para organizar y priorizar de acuerdo a niveles de urgencia e importancia. Funciona dividiendo las tareas en cuatro cuadrantes:
-Urgente e Importante: en este cuadrante están todas las tareas que agregan valor dado tu rol y que tienen una fecha límite cercana. Si no cumples con el entregable o resuelves lo necesario, es probable que te provoquen problemas. Estas tareas son las que tienes que HACER.
-Urgente y No importante: estas actividades son principalmente distracciones. interrupciones durante el día, reuniones a las que no sabes para que vas, reportes que no agregan valor, etc. Estas son las tareas que podrías DELEGAR.
-No Urgente y No importante: en este cuadrante encontrarás actividades que podrías dejar de hacer desde ahora mismo. Son tareas a las que les dedicamos más tiempo del valor que agregan o que definitivamente nos sacan de nuestro foco. Por ej. Buscar durante 30 min la foto perfecta para la presentación, revisar todas tus redes sociales antes del mail, etc. Estas tareas deberías ELIMINARLAS.
-No Urgente e Importante: son las actividades o tareas muy relevantes para ti y tu equipo, pero que no tienen un plazo de entrega. Es común que queden pendientes durante mucho tiempo. Para estas tareas tendrías que DECIDIR una fecha límite.
-Te invitamos a hacer tu lista de actividades a las que le dedicas tiempo en la semana o en un mes y clasificarlas en la matriz. Y a partir de eso, toma decisiones!
Organiza tus prioridades de manera que no te sientas abrumado y puedas gestionar tu tiempo.
A todos nos ha pasado tener claridad y certeza de algo que queremos lograr, aprender, desarrollar, pero por misteriosas razones no lo hacemos.
Todos los días enfrentamos esas situaciones en cosas significativas y poco relevantes. Por ejemplo, podríamos decir que algunos hacemos un graaan esfuerzo por no procrastinar, y mientras más estresados estamos la situación más se nos escapa de las manos. O tratamos de escuchar más a otros para buscar soluciones conjuntas, pero cuando estamos contra el tiempo esto se convierte en un obstáculo.
Si lo miramos desde el liderazgo, hay muchísimos modelos que hablan del estilo de liderazgo que hoy se necesita en las organizaciones para lograr una mayor efectividad personal y del equipo. La colaboración, la innovación, la flexibilidad, el ser “jugador de equipo”, la capacidad de movilizar a otros para el logro de los resultados, etc, son habilidades que todos “sabemos” que tenemos que desarrollar en nosotros mismos y en los equipos a los que pertenecemos… pero seguimos haciendo lo que sabemos hacer y nos ha servido hasta hoy.
Y aquí vienen las clásicas respuestas a eso; la zona de confort, la resistencia al cambio, la dificultad para aprender algo nuevo, el esfuerzo que eso significa, etc. Y en los peores casos, incluso llegamos a pensar que los cambios no ocurren porque las personas son flojas y no quieren poner el esfuerzo que eso significa, o no les importa tanto como dicen y por eso no avanzan en la dirección establecida. Pero vuelve a ti; a pensar en esas veces que no lograste algo que querías ¿Fue porque flojeaste de más? ¿Por qué esa comodidad de la zona de confort te retuvo?
Dave Gray plantea en su libro “Pensamiento Liminal: Crea el cambio que quieres, cambiando la forma en que piensas”, que nuestra dificultad para hacer algo nuevo, cambiar y aprender se instala con fuertes raíces en nuestras Creencias. Y que ese sistema de creencias cuando es compartido (cómo en una organización), incluso se convierte en “la única forma posible”.
Por ejemplo, en Desarrolla Más creemos que las personas podemos aprender de cualquier experiencia. Esa creencia hoy es una “verdad” para nosotros y hasta ahora nos ha servido mucho para desafiarnos a repensar siempre nuestra manera de trabajar en las organizaciones y generar experiencias significativas. ¿Pero que tal si la cuestionáramos? ¿Si dejáramos “entrar” perspectivas distintas que nos mostraran otras formas posibles? ¿Podríamos mejorar nuestro quehacer? Probablemente sí.
Si lo miramos desde lo individual, si una de mis creencias es que necesito gestionar la mayor cantidad de cosas y que no haya sorpresas que se salgan de mi plan, mi capacidad de innovar va a ser muy pequeña. O si creo que tengo que caerle bien a los demás para ser parte del equipo, no podré dar feeedback honesto y cuidadoso para que mejoremos en nuestro resultado colectivo.
Las Creencias determinan nuestras decisiones, determinan nuestra acción y lo que es posible o no para cada uno de nosotros.
Te invitamos a mirarte, a pensar en esas creencias que a lo mejor hoy te están poniendo un límite que ya “se corrió” o que no te están permitiendo escuchar otras voces. Pregunta, activa tu curiosidad para saber cómo lo hacen otros, en otras empresas o equipos, ¡tal vez te sorprendas!.
Desde tiempos inmemoriales los seres humanos hemos tenido la necesidad de explicarnos el mundo y darle sentido a lo que observamos o nos ocurre. Tener una explicación de alguna forma nos ayuda a volver a la fantasía de que si entiendo lo que pasa, lo voy a poder gestionar e incluso podría llegar a cambiar mi entorno.
Siempre ha existido incertidumbre y niveles de complejidad, pero hemos sido capaces de diseñar formas de ir adaptándonos. En el contexto actual, el antropólogo, autor y «futurista» norteamericano Jamais Cascio, plantea que “Los métodos que hemos desarrollado a lo largo de los años para reconocer y responder a las perturbaciones comunes, parecen cada vez más dolorosamente inadecuados cuando el mundo parece estar desmoronándose. Es difícil ver el panorama general cuando todo insiste en colorear fuera de las líneas”.
En Desarrolla Más conocimos la mirada de este autor porque llegó a nuestras manos el concepto de BANI, 4 letras que intentan mostrar cómo el concepto VUCA quedó obsoleto y “chico” para entender el estado actual del mundo.
¿Qué representan estas 4 letras?
B→ (Brittle) Frágil, nos habla respecto de cómo paradigmas, instituciones, maneras de funcionar que creíamos fuertes y sólidas, pueden desmoronarse repentinamente dado los cambios en el entorno.
A→ (Anxious) Ansioso, la fragilidad del mundo o nuestra percepción de fragilidad, nos conecta con la ansiedad, con la sensación de que hagamos lo que hagamos podemos equivocarnos o no lograr lo que nos hemos propuesto. “En un mundo Ansioso, cada elección parece ser potencialmente desastrosa”.
N→ (Non linear) No lineal, “En un mundo no lineal, la causa y el efecto aparentemente están desconectados o son desproporcionados” Decisiones que tomamos tienen consecuencias y efectos inesperados. La no linealidad está presente en todos los sistemas biológicos y durante un tiempo creímos que los sistemas sociales podían escapar de esta lógica.
I→ (Incomprehensible) Incomprensible, intentamos buscar respuestas, tomar acciones y los efectos nos parecen incomprensibles. En un mundo no lineal e incomprensible, se hace cada vez más necesario tener distintas miradas y perspectivas, la diversidad pasa a ser un imperativo para construir respuestas y soluciones colectivas que nos permitan una mayor probabilidad de éxito.
Más allá de si compartimos o no esta mirada del mundo actual, nos quedamos con muchas preguntas y cuestionamientos acerca de cómo las personas, los Equipos y las Organizaciones desarrollamos maneras de trabajar que nos permitan abordar los desafíos actuales.
Te invitamos a leer el artículo completo, y que al igual que nosotros, cuestiones la forma en que hoy estamos abordando este mundo BANI. ¡Déjanos tus comentarios más abajo!
Mantener nuestro bienestar tanto en lo laboral como en lo personal debería ser un objetivo diario, y hay días o momentos del año en que se hace más difícil. Considerando la gran cantidad de energía que se requiere para fin de año, es clave el autocuidado para lograr un equilibrio y balance que mejore nuestra calidad de vida.
Conversamos con Carla Macchiavello, Coach Organizacional diplomada en Mindfullness relacional y bienestar en la Universidad Adolfo Ibáñez, acerca de la importancia que tiene aprender a cuidar de nuestra salud emocional y hacernos cargo de ella diariamente.
Desde la mirada ontológica, y a partir de lo que dijo el filósofo chileno Humberto Maturana el lenguaje crea realidad, así como también lo definen nuestros juicios y creencias. De esta manera, nuestro relato interno y aquellas historias que nos contamos juegan un rol fundamental. Carla comenta que gran parte del tiempo funcionamos en piloto automático, y al gestionar lo que ocurre en nuestro mundo interno, podemos “ser capaces de elegir mejor nuestras respuestas frente a los estímulos y manejar mejor el estrés”.
En un mundo hiperconectado, constantemente somos bombardeados por distintas problemáticas y esto afecta también a los entornos laborales. Una de las cosas que nos permite evolucionar es la capacidad de sostener el estrés, logrando una tensión que sea productiva, pero dejando el miedo que impide desplegar todas nuestras competencias.
En esa línea, existen herramientas, como el mindfulness, que podemos incorporar para optimizar nuestro rendimiento. Esta práctica busca enfocar deliberadamente la atención en el momento presente. Es un entrenamiento cerebral que permite observar nuestros pensamientos y juicios con mayor discernimiento. Carla menciona que podemos escoger cómo actuar, cómo nos sentimos y modelar nuestras emociones. Al hacernos conscientes, aparecen nuevas respuestas, surge con mayor facilidad la innovación y la creatividad.
Todas las prácticas que aumenten el bienestar impactan directamente en la forma en que ejercemos el liderazgo, y para que eso ocurra, debe haber un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Carla menciona que hay factores clave que se deben incorporar como el descanso, practicar algún deporte de manera constante, tomar vacaciones o experimentar momentos de ocio. “Vemos que hay mucha gente full, sobrepasada por las exigencias, por eso se debe buscar el equilibrio diariamente, antes de colapsar y perder la salud”.
Para Carla, el mindfulness permite darnos cuenta, estar siempre conscientes y eso en el ejercicio del liderazgo “nos sugiere abrir espacios para escuchar y practicar”. De lo contrario,“vivimos en la rueda del hámster y nos pasan cosas aparentemente inesperadas”. Cuando estamos atentos, podemos escuchar las señales y diseñar mejores respuestas a pesar de la incertidumbre. En un mundo en permanente transformación, debemos trabajar la capacidad de “parar, respirar y darnos espacio”. La práctica es clave en este proceso, y requiere de otorgar valor a nuestra salud física y emocional. Diariamente debemos tomarnos un momento y preguntarnos ¿Qué estoy haciendo hoy para cuidar mi bienestar?.