En la medida que el mundo cambia, pone diferentes desafíos frente a los cuales necesitamos adaptarnos y por tanto aprender. Este es un proceso que implica estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort y emprender un viaje para recorrer espacios nuevos y desconocidos. En un escenario como el actual ¿Cómo se aprende cuando no sabemos qué necesitamos aprender y menos cómo hacerlo?
Para emprender la ruta del aprendizaje es necesario el compromiso, pero también estar dispuestos a soltar y aventurarnos sin certezas, pero partiendo desde la confianza. Se trata de diseñar una ruta con pasos intermedios, en la que se pueda experimentar con un propósito en mente que permita indicarnos “hacia dónde queremos llegar”.
Para transitar este proceso pensamos en 4 elementos claves que sirven tanto para las personas como los equipos:
1. Declarar una visión, el aprendizaje surge del deseo de alcanzar una visión, es pro activo. Declarar la visión nos permite saber si vamos o no avanzando.
2. Confianza para “dejar lo que has venido haciendo” soltar sin certezas, el aprendizaje es un camino incierto que nos obliga a soltar lo que hacemos para buscar, experimentar, atrevernos a equivocarnos.
3. Declararnos temporalmente “incompetentes”, y tomar conciencia de la brecha que existe entre la visión y nuestras competencias actuales.
4. Comprometerse con aprender; aprender requiere tiempo, voluntad y disposición a sostener la incomodidad, estar en aprendizaje implica hacer experimentos, probar nuevas acciones que nos permitan alcanzar resultados diferentes.
Las personas hoy estamos más dispuestas a aprender, porque las circunstancias así lo han requerido y seguramente lo seguirán haciendo en el futuro.
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