Un contexto de cambios tan significativos como lo hemos visto durante el último año, nos ha obligado a enfrentar un mundo con más incertidumbre, más inestabilidad, pero también lleno nuevas oportunidades de hacer las cosas de manera diferente.
Ante esta situación, se hace necesario plantearnos cómo están funcionando los equipos y el liderazgo dentro de los diferentes niveles en la organización. Si hay un factor crítico que marca la evolución y respuesta de equipos a un periodo de transformación como este, es el estilo de liderazgo que se desarrolle.
En esta realidad los equipos se configuran como unidades clave para el logro de resultados, ya que el desempeño deja de ser meramente individual y se moviliza a la potencia de lo colectivo.
Cumplir con los desafíos diarios no es una tarea fácil y en un momento como el actual creemos relevante compartir tres conceptos que se vinculan formando una triada y que permiten ejercer un liderazgo en sintonía con las necesidades más contingentes. Esta se plantea desde dos ángulos, en cómo me lidero a mi mismo en este proceso y en cómo lidero a otros; mi equipo, a mis pares y a mi entorno.
En primer lugar te proponemos construir un propósito, cuando un propósito es claro, los equipos saben lo que significa trabajar para un proyecto en común y lo que hace que sean diferentes de la competencia. Actualmente las organizaciones deben enfocarse en desarrollar conexiones sólidas entre su propósito y la conexión con sus colaboradores.
En segundo lugar, construye confianza para una mayor colaboración, ya que los equipos requieren de bases seguras para poder actuar. Sin confianza es imposible delegar, repartir tareas y funciones entre el resto de miembros del equipo. Cuando se mantiene una confianza genuina, los colaboradores son más efectivos en sus tareas, lo que se proyecta al resto como un conjunto de personas cohesionadas alrededor de un proyecto común.
Por último, no debes descuidar el tener buenas conversaciones, se hace aún más relevante observar cómo es el diálogo dentro de la organización. Es clave establecer una comunicación directa para disminuir los niveles de ansiedad e incertidumbre y aprovechar estos espacios para coordinar acciones conjuntas.
A lo que debemos apuntar es lograr capitalizar el momento actual como un escenario de aprendizaje de habilidades de liderazgo. Apalancarse en la mayor disposición a aprender y en las nuevas experiencias y desafíos que está planteando el nuevo contexto.